El agua,
continuó sucederse de la vida,
que nos muestra el misterio de sus cauces
y vértebra-imposible-
las viejas cicatrices de la tierra.
El agua,
fuente de luz inagotable,
que sacia nuestra sed
y entumece los párpados del tiempo,
cólmanos pura,
redime la pobreza de una lágrima,
y que su leve redondez
-escasa y delicada-
se diluya en tu rostro
de madre compresiva.
Y volaremos libres para siempre
como aladas esquirlas de la espuma.