¿Quién?
Quién será del inocente
que, sujeto en la injusticia
del látigo que no ciñe
más labio que el de lo ajeno,
lanza su lengua en un grito.
Quién será del subyugado
por el peso de la duda
que muerde sin apetencia
las migajas del absurdo.
¿Quién será libertador?
¿Quién hallará la raíz
de la enterrada inocencia?
Y ante la muerte impasible
-que constantemente blande la mandíbula del ciego
sobre los ojos del justo-
ha de mostrar la altitud del temblor de la conciencia.
Y en ese vuelo de nubes,
donde por fin palparemos
la infinitud de individuos
que se ocultan en la huella de las líneas de una mano,
plantaremos la simiente del perdón hasta beber
de la savia de la vida.
Mas si no hubiera recurso
ni nadie que nos libere de la sombría sentencia.
¿Cómo seguir adelante?
Cómo poder sostenernos
si al doblar de cada esquina soportamos la pisada
de la espuela de la culpa.
19/08/14
Dedicado a todas las víctimas de la violencia indiscriminada que hoy sacude el mundo